Estimada Directora:

He leído un artículo en el XL Semanal, 14 de octubre de 2012, en la sección Salud y firmado por Lola Fernández,  ¡Ojo con la epidemia de    piedras en el riñón!, que más que informar sobre esta enfermedad, hace unas indicaciones  de cómo llevar a cabo una vida sana.   

Para lo que es importante una alimentación equilibrada, ejercicios físicos adecuados, educación en la dieta en jóvenes…, sobre todo para evitar la obesidad, con un tratamiento por un nutricionista,  necesario para la ciudadanía.

En varias ocasiones he comentado, como médico urólogo y periodista científico, que el divulgador debe estar bien documentado, sobre todo en temas médicos, ya que la infinidad de errores que se cometen en este área es considerable y deja una opinión mal etiquetada.

El  artículo del cual se está hablando es más serio y se debe decir de una forma didáctica, aunque superficial, y sobre todo aclarar lo que es la “piedra renal” y algo de su frecuencia. Para ello es necesario la opinión de un médico urólogo, ya que las cusas son múltiples y aún siendo posible saber la etiología, es complicado realizar un tratamiento adecuado que evite la recidiva.

Lo publicado sobre el tema no hace mucha referencia al título en cuestión.  Para qué está el periodismo científico. Un trabajo que no informe de forma adecuada,  alarma a la ciudadanía, creando un conflicto colectivo. Existen multitud de motivos que dan lugar a esta patología. En una página sólo se puede tratar un pequeño apartado, pero no crear una noticia sensacionalista.

Para no extenderme, lo que quiero transmitir es que el  divulgador científico debe dar noticias que dejen buen sabor y enriquezcan a la ciudadanía.

                                                                                                          Un saludo: Eduardo Sánchez Gómez